jueves, 17 de enero de 2013

La Custodia


1. La Custodia Gótica

Se desconoce la fecha de su realización, aunque se especula que fue en torno a las primeras décadas del siglo XVI.
 
La primera noticia de su existencia se halla en las Actas del Cabildo de la Catedral de 16 de enero de 1584, en las que se habla de una restauración:
"...por causa de sacarse cada primero domingo de mes la custodia de plata, le faltan algunos bulticos, de los que tiene y viene a menos. Mandaron que se aderesçe de los que tuviere necesidad, y se guarde y no se saque si no fuere los días de Corpus Christi y en su octavo....
Durante el saqueo de 1596, la custodia se salvó al enterrarla en una de las fosas funerarias de la catedral.
Esta pequeña custodia gótica, de 0,62 m de altura, es conocida popularmente como El Cogollo. Ha sido atribuida por algunos autores a Enrique Arfe, mientras que otros han mantenido una opinión contraria.

Estructura arquitectónica

Tiene planta hexagonal, con dos cuerpos decrecientes que se apoyan en una amplia peana escalonada de tres niveles. En el nivel más bajo, coincidiendo con los ángulos, se levantan unos pequeños chapiteles de base cilíndrica y remate en forma de león sentado. Del segundo nivel arrancan los pilares que forman el primer cuerpo, muy fasciculados y rematados en chapitel crucífero, que alcanzan en altura la mitad del segundo cuerpo.
 
En cuanto a la ornamentación están cubiertos por tracerías e imágenes sobre ménsulas. Cada uno de los seis pilares lleva tres imágenes de bulto, que representan los doce apóstoles y séis ángeles, colocándose las tres figuras en las caras exteriores de cada pilar. Los arcos que apoyan sobre los pilares son de medio punto. La bóveda de este primer cuerpo es de crucería sexpartita con clave calda, mientras que el suelo del templete se decora con un rosetón de cardinas superpuestas a una estrella.
El segundo cuerpo repite la estructura del primero, sosteniendo los pilares arcos rebajados, en los que se apoyan tracerías caladas. Al igual que en el primer cuerpo, también aquí se desarrollan unos tallos calados con penachos de cardina, que se unen formando un afilado ángulo rematado en chapitel. Estos, junto con los de los pilares, suman doce agujas que alcanzan casi la cima de la cúpula.
La cubierta del templete se compone de una bovedilla calada, que se estructura por aristas de las que brotan penachos de acantos, rematándose en un doble florón de sentido decreciente, colocado entre dos molduras hexagonales acordes con el basamento de la custodia. Sobre esta pieza se apoya otra menor, formada por seis acantos calados, que estaba destinada a sostener el primitivo remate de la custodia, hoy día sustituido por una cruz de oro y amatistas.
En cuanto al contenido de los templetes, el primero lleva el ostensorio[1], que no es el original, y el segundo está vacío, aunque debió llevar alguna figura.

Iconografía

No es excesivamente abundante, dado su tamaño, pero cuenta con una serie de figuras emparentada con la obra de Enrique de Arfe. En la Custodia de Cádiz las esculturas de bulto adornan los pilares de los dos cuerpos, repartiéndose en ellos al modo de la gran arquitectura pétrea.
En los seis pilares grandes del primer cuerpo, de planta crucífera, sólo en sus tres lados visibles van esculturas. En todos ellos, la hornacina del centro llevan un ángel músico, que toca un laúd, con una estética ciertamente flamenca, y a los lados, parejas de ssantos representando a los doce Apóstoles. Éstos llevan sus símbolos propios que los idéntifican.
En el segundo cuerpo, los pilares sólo llevan una imagen cada uno, representando santos de devoción popular, como Santa Catalina y Santa Bárbara, sin que se olviden losp uramente gaditanos, como San Basileo (primer Obispo de Cádiz)y San Epitafio (gaditano y obispo de Palencia), y San Servando y San Getulio o Germán, mártires y patronos de Cádiz. La estética de estas figuras, de carácter más castellano que flamenco, ha sido uno de los motivos para no atribuir la obra a Enrique de Arfe.

Las marcas y la autoría de El Cogollo

Existen marcas een la peana, de difícil lectura e interpretación. Según ellas, la obra fue hecha en Córdoba, ya que se aprecia la sílaba "COR" en determinado lugar del basamento.
El resto de las marcas (quizás haya hasta cinco diferentes) presenta una lectura bastante problemática, ya que cuatro de ellas se leen con gran dificultad y la quinta es prácticamente ilegible.
Sin entrar en la lectura de las marcas se puede decir con total seguridad que la custodia se hizo en Córdoba en el primer tercio del siglo XVI, por lo que su autor pudo ser un discípulo de Enrique de Arfe, o bien un seguidor de su más puro estilo goticista, sin descartar al propio autor flamenco.

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