jueves, 29 de agosto de 2013

Teatro Romano de Cádiz




El Teatro Romano de Cádiz se descubrió en el año 1980 en unas excavaciones arqueológicas destinadas a localizar el Castillo de la Villa. Hasta entonces sólo se habían visto algunas de sus galerías interiores sin identificar a que edificio pertenecían.

Así, el teatro fue abandonado en el siglo IV d. de JC. Sobre sus ruinas los musulmanes edificaron una fortaleza hasta que en el siglo XIII el rey Alfonso X El Sabio la reconquista trazando sobre él parte de la ciudad medieval.

Hoy en día, hay edificios modernos como la guardería municipal que se superpone al teatro, al igual que la Posada del Mesón, la Casa de Estopiñán y la Casa de Contaduría, edificios que componen el barrio del Pópulo, y que junto con los restos que quedan de la ciudad medieval impiden el que se pueda excavar el teatro en su totalidad.

El Teatro de Cádiz tiene ciertas características, que lo diferencian del resto de teatros romanos hallados hasta la fecha, como son:

  • Es de los teatros más grandes. El diámetro de su cavea[1] es de más de 120 metros, y su aforo sería alrededor de unos 20.000 espectadores, bastantes si tenemos en cuenta que su población rondaría los 50.000 habitantes.
  • Es el teatro más antiguo entre los conocidos hasta ahora de la Península.
  • Es de los pocos edificios públicos de la Hispania Romana a los cuales personajes tan relevantes como Cicerón o el historiador griego Estrabón lo mencionan en sus obras. En una carta de Asinio Polión, entonces gobernador de la Bética, a Cicerón se dice que Balbo, el menor, fundador de la Neápolis, la ciudad nueva representó en el teatro de Gades una obra escrita por el mismo, que recordaba su colaboración con Julio César y que en este mismo teatro hizo de una vez las elecciones de dos años, reservó catorce gradas de asientos a los caballeros
    gaditanos, premió a un actor con el anillo de los caballeros y a otro actor lo mandó ejecutar por ser muy feo.

Historia

 

Cuenta Estrabón que los gaditanos en un principio vivían en un ciudad muy pequeña; “más Bálbos el Gaditanós, que alcanzó los honores del triunfo, levantóles otra que llaman Nueva; de ambas surgió Didyme, cuyo perímetro, aunque no pasa de veinte stadios, es lo suficiente grade para no sentirse agobiada de espacio”.

Y así se inició la construcción de la Neápolis y la de un teatro que, actualmente, está considerado como el más antiguo y de mayores dimensiones de Hispania. Todo un ejemplo del esplendor que vivió Gades en la Antigüedad clásica.

El edificio se abandonó a finales del siglo III y fue saqueado a partir de la centuria siguiente, aunque en época tardorromana, islámica y cristiano-medieval, los restos de su estructura fueron utilizados como almacenes, cuadras, parte de viviendas, etc.

El Teatro Romano de Cádiz surgió “dentro de los planes urbanísticos de un familia gaditana, los Balbo, en su intención de dotar a su ciudad de importantes edificios públicos, a imitación de su capital, Roma”, cuenta el arqueólogo Ángel Vicente. Los Balbo, proyectaron ampliar el antiguo asentamiento fenicio construyendo otro nuevo junto a él. Este núcleo urbanístico es conocido como Neápolis, y de él se conocen, además del teatro, numerosos restos urbanos excavados en los últimos años. “Igualmente tenemos noticias de la existencia de otro importante edificio público, el anfiteatro, en el barrio adyacente al Pópulo, el de Santa María, en las cercanías de las actuales Puertas de Tierra", apunta Muñoz, para quien el Teatro Romano es “uno de los pocos edificios antiguos de nuestra Península que cuenta con referencias directas de los autores importantes de la época. Así, Cicerón, refiriéndose al mandato político de Balbo en Cádiz, adule a ciertos usos del edificio por este personaje en beneficio propio”.


Si los restos del anfiteatro fueron visibles al menos hasta el siglo XVI –su perímetro aparece representado en un grabado de esa época de Antón de las Viñas– el Teatro, por el contrario, estaba ya cubierto, o sus estructuras reutilizadas e integradas en la villa medieval erigida por Alfonso X el Sabio en el siglo XIII.

Del teatro no se sabía nada fuera de los textos clásicos, entre los cuales algunos indicios señalan que ya en el año 44 a.C. se habían representado allí obras de teatro como Iter, una autobiografía de Lucio Cornelio Balbo "El Menor", para conmemorar su elección como magistrado local y en la que narraba su intervención en las guerras civiles; crónicas posteriores relatan que el propio autor lloró al contemplar la representación y recordar a Julio César, que había sido asesinado sólo unos meses antes. También se habla del teatro en las Cartas a familiares de Cicerón (43 a.C.) Asinio Polión, en carta a Cicerón afirma que, en los juegos organizados por Balbo en Gades, había en el teatro catorce filas de asientos reservadas a los caballeros. Del teatro no se sabía nada fuera de los textos clásicos, entre los cuales algunos indicios señalan que ya en el año 44 a.C. se habían representado allí obras de teatro como Iter, una autobiografía de Lucio Cornelio Balbo "El Menor", para conmemorar su elección como magistrado local y en la que narraba su intervención en las guerras civiles; crónicas posteriores relatan que el propio autor lloró al contemplar la representación y recordar a Julio César, que había sido asesinado sólo unos meses antes. También se habla del teatro en las Cartas a familiares de Cicerón (43 a.C.) Asinio Polión, en carta a Cicerón afirma que, en los juegos organizados por Balbo en Gades, había en el teatro catorce filas de asientos reservadas a los caballeros.

Y aunque desde el siglo XVIII existen referencias a subterráneos en la zona –sin duda relacionadas con algunas de las galerías del monumento, y que hablan de pozos que permiten acceder a una rotonda con asientos de mármol– hubo que esperar hasta octubre de 1980 para que, de una manera inesperada y casual, afloraran los restos del Teatro.

A principios del siglo XX, el obispo cedió temporalmente a Rafael Manzano el patio de la Catedral Vieja, que ya sólo era una explanada llena de escombros, para que allí construyera un barco (el vapor Covadonga). Luego del Covadonga decidió comprar el solar prestado y en él montó una fundición. En 1950 la empresa Manzano se une con la empresa Vigorito (de antiguos italianos afincados en Cádiz) y reservan la instalación para almacenar hierro y suministros marítimos; la gente la conocía como Almacenes Vigorito. Así estaban las cosas hasta que en 1979 se produjo un incendio en los almacenes Vigorito.

En 1980 los sondeos arqueológicos encargados por el Ministerio de Cultura al entonces director del museo de Cádiz, Ramón Corzo Sánchez, para delimitar la zona de expropiación para descubrir la alcazaba medieval deparara el hallazgo del monumento romano. Posteriores sondeos permitieron localizar las gradas superiores, y, poco a poco, se excavó un tramo de la galería y del graderío.

Hoy, del teatro romano perduran un buen número de filas de gradas de la media cavea y se han documentado las gradas inferiores y parte de la orchestra. Hormigón romano, mortero de cal con piedras y un revestimiento de cal son los materiales con los que se construyó el monumento.

Ángel Muñoz indica que el sector superior de la summa cavea ha desaparecido tanto por la utilización de sus materiales para construir inmueble en la época medieval como por la propia acción del mar. Poro junto a este sector socavado se ha conservado “excepcionalmente”, dentro de otras construcciones, un tramo de muro curvo que corresponde a la fachada trasera del Teatro, “así como parte del entramado que sostendría el graderío y el inicio de un pasillo o deambulatirio tras la fachada”.

Entre esta zona y la primera línea de gradas conservadas se observa también una hilada de sillares de piedra ostionera "que quizás corresponda a la pared lateral de mayor radio de una galería superior, perdida en su mayor parte al arrancar la misma desde la cota de suelo que hoy pisamos". Por el oeste, el graderío se adentra bajo el ábside de la Catedral Vieja, la Casa de Contaduría eclesiástica, la Posada del Mesón y la Casa de Estopiñán, que conserva restos en la planta baja. Y por el extremo oriental el graderío entra bajo la Guardería Municipal y, por consiguiente, bajo los cimientos del castillo medieval.

Otro sondeo permitió en 1999 comprobar la existencia de otra bóveda simétrica a la documentada en la Casa de Estopiñán y permitía establecer la orientación del monumento y su diámetro: 120 metros.

Para Muñoz, el futuro del Teatro "pasaría por un replanteamiento de la ordenación urbanística actual de un grupo de inmuebles de escaso o nulo valor arquitectónico e histórico" del siglo XIX, "cuyo derribo permitiría sacar a la luz el resto del edificio, pudiéndose visualizar totalmente la orchestra, el resto del graderío y la scaena del teatro más antiguo de Hispania".

Tras un laborioso proceso de restauración y acondicionamiento actualmente el edificio está perfectamente acondicionado para visitas, constituyendo un ejemplo significativo de integración de restos arqueológicos en la trama urbana de la ciudad de Cádiz.

Descripción

El teatro de Gades, al ser muy antiguo, conserva muchas características de los teatros griegos, aunque con adaptaciones hechas por los romanos. Como era corriente hacer por ellos, se utilizó un desnivel del propio terreno para apoyar en la roca gran parte del graderío, que era de hormigón. Las técnicas constructivas son las características de la etapa republicana, sobre todo usaban el hormigón (opus caementicium), mortero de cal, cascotes y arena que era más resistente y salía más económico que la cantería tradicional.

Todo el graderío en la zona superior e intermedia iba cubierta con un revoco de cal y cerámica triturada, y la zona más cercana a la orchestra llevaba sillares.

Todos los teatros romanos eran en realidad una representación de la sociedad romana y sus clases sociales bien diferenciadas y separadas por pasillos llamados euripos.

  • El graderío está construido en forma de herradura, de semicircunferencia para conseguir la acústica deseada. Está orientado al Norte, hacia el mar divisándose desde las caveas superiores toda la Bahía de Gades.
  • El muro exterior, además de para cerrar el edificio, se utilizaba como hoy día hacemos para colocar los anuncios de los espectáculos que se iban a ofrecer mediante rótulos pintados sobre el propio muro.
  • El porticus era la zona más alejada del escenario, se colocaría aquí la plebe más humilde (sin toga), las mujeres y los niños que no tuvieran educadores privados. A continuación los esclavos siempre de pie, salvo que sobraran asientos reservados a personas libres.
  • Summa cavea, donde se sentarían los libertos.
  • Media cavea, donde se colocaría el público en general, los ciudadanos, los huéspedes, funcionarios públicos...
  • La ima cavea es la zona del graderío más cercana al escenario, más privilegiada por tanto y destinada a las autoridades y personas importantes de la ciudad de la aristocracia. Existía una ley que obligaba a reservar las primeras 14 filas a los equites, sector importante que tenían el poder económico en sus manos. En este caso, de Gades se menciona que había 500 équites[2] lo que da idea de la importancia económica que tendría la ciudad entonces. También podemos apreciar desde aquí las huellas de los velarium, que eran grandes toldos sostenidos por postes de madera para proteger al público del sol además de funcionar como elemento para potenciar la acústica del teatro.
  • Orchestra. Es la zona semicircular entre el graderío y el escenario. Mientras que en el teatro griego esta zona era de gran utilidad, en el teatro romano se reservaba para los senadores. Estos asientos separados del resto del pueblo estarían señalados para los cargos a los que estaban reservados.
  • Podium. Plataforma donde actuaban los actores.
  • Scaena. Portada de dos pisos generalmente, adornado con columnas y estatuas de los emperadores que cerraba el frente del teatro. Solían tener pantallas giratorias para cambiar de decorado y plataformas móviles que trasladaban a los actores a través de la escena o de arriba abajo para representar a los dioses. Utilizaban recursos escénicos como barriles llenos de piedras.

Técnica constructiva

La excavación sólo ha dejado al descubierto una porción del edificio (parte media del graderío y la galería que discurre bajo él) pero por ella podemos hacernos una idea aproximada de sus características. Se levantó aprovechando parcialmente la pendiente del terreno para apoyar sobre ella el graderío. Las ruinas de la escena y el pórtico que se abriría tras la orchestra permanecen sepultadas bajo el caserío del barrio del Pópulo.

Las técnicas constructivas son características de la etapa republicana; sobre la mampostería y el aparejo isodomo (sillares puestos en hiladas iguales) predomina el hormigón, opus caementicium, mortero de cal, cascotes y arena, de gran plasticidad, resistencia, y sin el costo ni la complejidad de la cantería tradicional. Con él se modeló todo el graderío, que en la zona intermedia y superior iba cubierto con un leve revoco de cal y cerámica triturada, opus signinum, mientras que en la más cercana a la orchestra llevaba un forro de sillares.

Presenta rasgos muy antiguos, con graderío en forma de semicircunferencia prolongada como una herradura, asientos distribuidos radiálmente en varios sectores y perfil parabólico en la sección de las gradas para conseguir la acústica adecuada. Disposición similar tienen algunos teatros helenísticos tardíos, cuyos paralelos más cercanos se localizan en el sur de la península itálica y Sicilia.

Estructuras

Entrando en las ruinas, vemos que la mayor parte de la summa cavea desapareció por la reutilización de las piedras en edificaciones medievales pero se ha conservado un tramo de muro curvo (muy alterado por sucesivas reformas) que corresponde a la fachada; también se ve una parte de un pasillo situado tras la fachada.

Entre esta zona y la primera línea de gradas hay una fila de sillares que pudieron ser de la pared lateral de una galería superior.

A la izquierda las gradas se meten bajo la Catedral Vieja y por la derecha se meten bajo la Guardería Municipal.

El graderío, o cavea, aparece dividido en tres sectores. La summa cavea podría estar basada sobre muros anulares y radiales y constituida por un armazón de vigas de madera, quizás cubierta con un toldo o velarium apoyado en postes de madera, cuyos hoyos cuadrados de anclaje aparecen en las gradas. Perdura la mayoría de las filas correspondientes a la media cavea y se han documentado las gradas inferiores y parte de la orchestra; los dos sectores inferiores, apoyados sobre galerías abovedadas, se encuentran en muy buen estado de conservación.

Una zanja abierta en el eje del teatro permite observar una pequeña superficie de la zona inmediata a la orchestra, que estaba separada del graderío por amplio pasillo y antepecho, del que únicamente se conserva el arranque de una de las lajas de piedra que lo conformaban. También se pueden observar los sillares originales que formaban la galería en esta zona y el arranque de la escalera central.

La galería

Otro importante sector excavado es un amplio tramo de la galería que canalizaba la circulación de espectadores para acceder desde el exterior a los asientos de la zona media del graderío, el cual en parte descansa sobre ella. Es de amplias dimensiones y se cubre con una bóveda anular de medio punto o de cañón. Al igual que en el exterior el material más utilizado es el hormigón.
 

Para construirla fue necesario recortar previamente la roca natural y luego, con sillares perfectamente labrados en la misma piedra, se levantó el muro externo, mientras en la parte inmediata al terreno natural se hizo un muro de hormigón de la misma altura. Sobre ambos se dispuso un molde de madera, o encofrado, para formar la bóveda también con hormigón.

En el muro exterior se abren los vanos (o vomitoria) que comunican con el graderío y lucernarios para iluminar el espacio de la galería. De los seis accesos al graderío que había se han localizado cuatro. En los accesos observamos huellas de una reforma que debió realizarse cuando el edifico aún estaba en construcción.

El diseño original disponía una serie de escalones para salvar el desnivel existente entre la galería y el graderío, pero, por causas desconocidas, posiblemente problemas en la evacuación de las aguas pluviales, hubo que elevar el pavimento de la galería y en consecuencia anular parte de los escalones cubriéndolos con una rampa de sillería para salvar el nuevo desnivel.

En las zonas donde se ha destruido la rampa podemos observar que algunos escalones quedaron incluso sin terminar de tallar, labor que debía realizarse una vez colocados. Otros, que sí están acabados, no presentan el desgaste lógico provocado por el uso. Como consecuencia de esas transformaciones fue necesario transformar también la zona superior de los vomitorios.

Esta galería permanecía casi completamente anegada hasta hace poco, ya que en ella desembocaba una antigua cloaca.

Decoración

El que era el mayor teatro romano de Hispania debió tener, pese a ser el más antiguo también, una decoración acorde con sus dimensiones. En el museo de Cádiz se conserva un trozo de cornisa de mármol con delicados adornos vegetales. Otro elemento decorativo rescatado es un fragmento de estatua representando una figura masculina. Es curiosa un decoración a base de dos figuras de conejos en actitud de comer hojas y frutas.

Pero lo verdaderamente curioso es que, durante una de las fases de excavación (y en niveles romanos) se encontraron restos cerámicos de un plato conteniendo conchas de caracoles terrestres y huesos de conejo doméstico; verdaderamente los gaditanos tenían entre sus bocados favoritos el "conejo con caracoles" y le homenajeaban elevándolo a motivo decorativo del propio teatro.

Tras la excavación ha quedado vacante una multitud de piezas que esperan el día en que puedan ser combinadas como las de un puzzle para ser montadas y reproducir algunos trozos del viejo teatro, en lo que se ha sacado hasta ahora. Para sacar el resto del edificio y ver toda la orchestra, todo el graderío y la scaena del teatro más antiguo y el segundo más grande de Hispania habría que derribar las construcciones decimonónicas que tienen poco valor histórico pero, eso sí, gran valor económico.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

miércoles, 21 de agosto de 2013

Cádiz Antiguo. Época Fenicia: Diosa Astarté















Los fenicios al fundar la colonia de Gades trajeron consigo a sus dioses, una de las principales fue Astarté (Ashtart).

Esta diosa era la asimilación fenicia de la diosa Ishtar mesopotámica y era la diosa femenina protectora de ciudades como Sidó y Tiro. Los fenicios, principalmente los que provenían de Tiro, extendieron su culto en la colonia de Gades fundada en torno al 1100 a C.
 
Astarté representaba el culto a la madre tierra, el amor y la fertilidad, progenitora de todos los seres vivos. Posteriormente se convirtió en diosa del cielo; se identificó con la Inanna sumeria, la Isis egipcia y la citada Ishatar mesopotámica.

En la zona gaditana pudo existir algún templo a esta diosa, aunque algunos historiadores lo situan en las marismas de Huelva, siendo lugar de peregrinación y precursor de romerías más recientes, alguna de las cuales, como el Rocío, perviven con enorme fuerza.

 

sábado, 17 de agosto de 2013

Cádiz Antiguo. Época Fenicia: Anforas fenicias














De las encontradas en la provincia, las más usuales son las de forma cilíndrica o troncocónica. Tienen el cuerpo pequeño, la boca y el cuello medianamente anchos y dos pequeñas asas. Se usaban para conservar y transportar productos como las salsas de pescado.

Hay otro tipo, más pequeñas, probablemente de carácter religioso, que se arrojarían al agua como ofrenda antes de que los barcos se hiciesen a la mar. Estas últimas se han encontrado en la zona de La Caleta, lo que indicaría la localización de un templo delicado a la diosa Astarté, deidad protectora de los marineros.

 

 

 

 

 

 

 

 

viernes, 16 de agosto de 2013

Cádiz Antiguo: Época Fenicias. Sarcófago antropoides




Estos sarcófagos están considerados de una calidad artística, superior a la de los encontrados en otras colonias fenicias del Mediterráneo, incluso a los de Cartago. Corresponden a un tipo de enterramiento individual que consistía  en una cámara individual formada por grandes sillares de piedra ostionera, dentro de la cual se introducía los sarcófagos. Tienen un carácter retratírtico, suponiéndoseles un cierto parecido entre el difunto y la imagen representada. Ambos datan del siglo V a. C.

El sarcófago masculino fue encontrado en 1887 en la Punta de Vaca, zona ocupada en la actualidad por los Astilleros de Cádiz, y es unos 70 años anterior al femenino;  este último se encontró en 1980, en un solar de la calle Parlamento, y tiene una clara relación con la escuela jonia griega de principios del estilo severo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

lunes, 5 de agosto de 2013

Castillo de San Lorenzo del puntal


El Castillo de San Lorenzo del Puntal, también conocido como Castillo de Puntales, era junto con el de San Luis y el de Matagorda, parte del complejo sistema defensivo instalado en la ciudad de Cádiz, en España, durante la Guerra de la Independencia, para controlar la entrada a la Bahía. Se encuentra en la plaza de San Lorenzo del Puntal en el barrio del mismo nombre, el Barrio de Puntales.

Situado en una punta de tierra que estrecha el acceso al interior de la bahía gaditana, su origen se remonta al siglo XVI, y por tanto es considerado uno de los castillos más antiguos de los que se construyeron en Cádiz. Ya en 1554 Juan Bautista Calvi planteó la necesidad de proteger la zona de El Puntal, por ser la zona de más fácil acceso desde tierra firme. En 1588 se había levantado una pequeña fortaleza, formada por un torreón artillado con cinco cañones, que fue testigo mudo de uno de los episodios más terribles de la historia de la ciudad, el famoso Saco Inglés que tantas consecuencias tuvo en la historiografía gaditana.

Corría el año 1596 cuando una poderosa flota anglo-holandesa compuesta por más de 150 naves y unos 15000 hombres, al frente de los cuales estaba el famoso Conde Essex, penetró en la bahía, conquistó la Cádiz y tomó este castillo. La ocupación duró sólo 15 días, pero las consecuencias se hicieron notar tanto en la ciudad que fue enteramente saqueada, como en la fortaleza que quedó enteramente destruida. En 1598, Felipe II decide reconstruir la ciudad y dotarla de unas defensas adecuadas, y ese mismo año se iniciaría la obra de la fortaleza de Puntales, bajo las órdenes del ingeniero Cristóbal Rojas, también encargado de la construcción del Castillo de Santa Catalina. Las obras las continuó Alonso de Vandelvira. En la primera mitad del siglo XVIII se construye el frente de tierra bajo la dirección del Marqués de Verboon, y más adelante se proyectó la construcción de una batería que enfilaría hacia el canal. Pero esta no sería la única reforma que sufriría el castillo, pues los ataques sufridos durante la Guerra de la Independencia, obligaron a realizar una nueva reconstrucción en el año 1863, otorgándole el aspecto que se puede observar hoy en día.

En la actualidad es propiedad del Ministerio de Defensa, y se utiliza como dependencias de la Armada Española, estando su acceso totalmente restringido

Su técnica constructiva es de tipo italiano. De planta ovalada, estaba compuesto por dos semibaluartes con flanco, fosos y cortinas, a los que se accedía por un puente levadizo que aislaba a la fortaleza. En su parte izquierda había una batería de barleta, de hasta 14 cañones y algunos morteros, que dirigida hacia la entrada de la bahía, y cruzando sus fuegos con el fuerte de Matagorda, situado al otro lado, servía como defensa al paso del arsenal de la Carraca y por ende a la entrada de la bahía. Mientras que en su interior se encontraban numerosas edificios o dependencias de obra sencilla, utilizados como repuesto de pólvora, almacenes, alojamientos, capilla, cuerpo de guardia talleres o cocinas. Ante el castillo se levanta, desde 1955 una de las torres de la Compañía Sevillana de Electricidad, gemela con la situada en Matagorda, al otro lado de la Bahía.

Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949', y la, Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español. En el año 1993 la Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Autónoma de Andalucía.

 


 


 

 

 

jueves, 1 de agosto de 2013

Castillo de Santa Catilina. Playa de la Caleta



 

El Castillo de Santa Catalina es una fortificación de Cádiz situado en La Caleta y avanzado en el mar sobre unas escolleras. Fue construido contra la voluntad de los gaditanos a finales del siglo XVI siguiendo los planos del ingeniero Cristobal de Rojas. De planta pentagonal, llama la atención las puntas que a manera de estrella salen al mar.

Actualmente es utilizado para actos culturales, como los relacionados con el festival de cine Alcances

Tras el asalto anglo-holandés de 1596, Felipe II ordenó a Cristóbal de Rojas la construcción de una fortaleza defensiva través de una Real Cédula el 25 de octubre de 1597. El arquitecto murió antes de concluir su proyecto.

La obra final no era tan ambiciosa como la proyectada.

Durante el reinado de Carlos II se construyó la capilla y la sacristía en 1693. Esta capilla está dedicada a Santa Catalina de Alejandría y a la Purísima Concepción.

Carlos III en 1769 lo convirtió en prisión militar para personalidades destacadas. En ella estuvieron liberales e independentistas americanos y, en el S.XX algunos implicados en golpe de estado del 23 de febrero de 1981.

El Ministerio de Defensa dejó de hacer uso del castillo en 1991.

En este sitio permaneció desterrado de la nueva España el caudillo de la Independencia de México Mariano Abasolo, quien tras ser capturado se le perdonara la vida enviándole a purgar la sentencia de 10 años de prisión muriendo a los 5 años en brazos de su amada esposa la Señora Doña Manuela de Rojas Taboada, a la edad de 32 años el día 14 de abril de 1816. Se le recuerda en México como héroe de la patria a pesar de que para salvar su vida delató a otros caudillos traicionando así a la causa independentista.