Las obras duraron cuatro años, siendo su maestro mayor y quien llevó la dirección de los trabajos el alarife Juan Agustín López Algarín. Posteriormente, intervino también el prestigioso alarife Blas Díaz, a quien se le atribuye la construcción de la torre. En torno a 1787 el arquitecto Torcuato Benjumeda remodeló las portadas del presbiterio y patio inmediato a la sacristía. Fruto de todas estas intervenciones se dotaba al inmueble de una magnífica obra, muestra de la actividad creativa generada en la ciudad en estos años, constituyéndose un notable ejemplo de la arquitectura barroca religiosa gaditana, en la que sobresalen la magnífica portada principal y la torre.
De especial interés es la Capilla de la Venerable Orden Tercera de Servitas de María Santísima de los Dolores, abierta en el tercer y cuarto tramo del lado de la Epístola de la Iglesia, cuya construcción comienza en 1763 bajo el diseño y dirección del maestro Diego Ramos, y termina, después de varias interrupciones, en 1774 con Francisco Lorenzo Cañete autor del diseño definitivo. En el inmueble destacan también el órgano, magnifica pieza barroca realizada a finales del siglo XVIII, y el conjunto de retablos, especialmente el retablo mayor, realizado por Francisco López en el siglo XVIII, una de las obras más prestigiosas de la retablística barroca gaditana de dicha centuria. Son de gran relevancia los bienes muebles que contiene.
Entre las pinturas y esculturas se cuentan piezas dieciochescas de origen sevillano, flamenco e italiano, con obras de José Montes de Oca, Antonio Molinari, Pedro Relingh y Domenico Parodi.
La Iglesia se estructura con planta de cruz latina, de una sola nave y crucero poco acusado. La nave está dividida en cuatro tramos separados por pilastras dóricas que flanquean vanos de medio punto de rosca moldurada que dan acceso a las diferentes capillas dispuestas en los muros laterales. En la zona superior de los arcos se establecen tribunas, abiertas a la nave en forma de balcones de vanos adintelados. Sobre el conjunto se desarrolla un entablamento con friso de triglifos, coronado de una rica cornisa de orden compuesto que se complementa con dinámicos quiebros dispuestos sobre las pilastras y claves de los arcos.
Cada tramo de la nave está cubierto con bóveda de cañón con lunetos que alojan vanos que dan luz al interior del templo, flanqueada con arcos fajones que apoyan sobre el citado entablamento. El coro alto se levanta a los pies sobre el primer tramo de la nave. En su interior se encuentra un órgano realizado por el organero José García en 1793, y reformado en 1883 por Modesto Carrero. Consta de un teclado de 51 notas de octava tendida y registros partidos. Dispone además de 8 pisas para las contras, con tubos propios. La caja es de madera y fue tallada por el ensamblador y tallista Gonzalo Pomar. Mide
Cubre el crucero una cúpula sobre pechinas, compuesta de tambor circular y casquete semiesférico. Las pechinas se encuentran decoradas con cuatro lienzos ovalados que representan los cuatro padres de la iglesia realizados en 1727 por Pedro de Cabrera, así como el escudo de armas del Obispo Armengual en madera tallada, policromada y dorada.
Los brazos del crucero albergan cuatro retablos. El obispo Armengual patrocinó los ubicados en los testeros principales y dejó establecido en su disposición testamentaria que se dedicaran a San Liborio y San Rafael. Son obras gemelas de 10 x
Las actuales mesas de altar son de estilo rococó, realizadas por Mateo Nadales y doradas por Domingo Rodríguez de Arganzúa en 1762. Las pinturas son muestras destacadas de la producción del artista genovés Doménico Parodi, realizadas en 1728. Desde los años 20 del siglo XX estos lienzos están desplazados de su ubicación original, ocupando su lugar en el lado del Evangelio un lienzo dieciochesco que representa a la Virgen Dolorosa y San Juan Evangelista en el Calvario, y en el de la Epístola el grupo escultórico de Afligidos, que fue encargado en 1716 al escultor holandés Pedro Relingh, compuesto por las tallas de madera policromada de candelero de Jesús Nazareno de los Afligidos y la Virgen de los Desconsuelos.
La Capilla Mayor del templo es la capilla funeraria del obispo Armengual, quien dispuso para este lugar la construcción de un suntuoso retablo de 8,30 x
En los paramentos laterales del presbiterio se abren vanos de comunicación con la sacristía, cuyo aspecto actual responde al diseño creado por Torcuato Benjumeda. Están enmarcados por pilastras jónicas que sustentan un frontón partido donde aparecen los emblemas parroquiales. Estos frontones quedan parcialmente ocultos por galerías talladas por Rafael Marín y doradas por José Antonio Pino y Guerrero en 1787, obras en madera tallada y dorada de
Dos cofradías ocuparon los retablos situados a ambos lados del presbiterio en 1727. Ambos son de madera tallada y dorada y miden 8 x
Ante este retablo, en el pavimento, se abre la bóveda sepulcral de San Servando y San Germán, cerrada por dos losas de mármol blanco. La primera mide 0,75 x
El retablo perteneciente a la cofradía de Afligidos es obra del escultor Isidro de Quirós. Se doró en 1775, fecha en la que también se modificó la hornacina principal para transformarla en vitrina. Consta de dos cuerpos con ático rematado en medio punto. En el primero se ubica una gran vitrina flanqueada por estípites sobre la que se encuentra una hornacina entre paños decorados con elementos geométricos, disposición que se repite en el ático. Actualmente ocupa la vitrina una talla de madera policromada de San José, obra realizada hacia 1750, y a sus lados las tallas en madera policromada de San Joaquín y Santa Ana, también genovesas y fechables hacia 1730. El ático conserva el altorrelieve original del Padre Eterno de madera tallada y policromada, ocupa el nicho del sagrario una pequeña imagen de madera tallada y policromada de San Rafael, obra genovesa de 1730.Ante el retablo se abre la bóveda de enterramiento de San Servando y San Germán cubierta con una losa de mármol blanco de 1,13 x
En la confluencia del crucero con el lado del Evangelio se sitúa el púlpito. Está realizado en 1727 en talleres genoveses con mármoles de colores, descansa sobre un pilar conformado por grandes volutas. Tiene planta cuadrada en cuyos frentes alterna el escudo del obispo Armengual con los emblemas de la parroquia, el pilar y la parrilla. Su tornavoz es obra local de madera tallada, rematado por la figura de la Fe, cuyo dorado renovó José Antonio del Pino en 1785. Bajo el tornavoz hay un dosel de madera tallada y dorada que contiene una talla en madera policromada de Cristo crucificado, obra genovesa de 1750.
De las cinco capillas iniciales cobijadas en los arcos de los diferentes tramos de la nave, dos desaparecieron en 1755 al construirse la capilla de la Venerable Orden Tercera de Servitas.
Entre 1759 y 1763 se realizaron dos retablos gemelos de madera tallada para el segundo tramo, dedicados a San José y San Nicolás de Bari. El primero conserva la imagen titular en el antiguo retablo de Afligidos. La talla de San Nicolás, cuyo retablo no llegó a dorarse, está ubicada actualmente en el ático del retablo sacramental. Hoy ocupan estos retablos las imágenes de la cofradía de Nuestro Padre Jesús de las Penas y María Santísima de la Caridad, fundada en 1955. Son retablos que se ajustan al medio punto de la capilla y presentan un cuerpo con hornacinavitrina, y áticos con relieves. Cubren toda la superficie motivos rococó con abundancia de tarjas arriñonadas. En el ático del situado al lado del Evangelio se dispone un relieve de madera policromada con un santo obispo, obra contemporánea del retablo.
El primer tramo del lado de la Epístola está ocupado por un retablo de madera tallada, policromada y dorada construido hacia 1763. Sufrió una importante reforma en el siglo XIX, afectando al enmarque de la hornacina y a su policromía. La zona original corresponde a la hornacina y columnas corintias que la flanqueaban, cuyos fustes decoran guirnaldas. Algunas rocallas complementan la decoración de esta sencilla estructura, actualmente ocupada por una pequeña imagen de madera policromada de la Virgen del Carmen, obra de 1800 de candelero.
En los pilares inmediatos a estos retablos se disponen sendas pilas de agua bendita de forma avenerada, realizadas en torno a 1730 en mármol blanco. Junto a la entrada lateral del templo hay otra pequeña pila de mármol blanco, negro y rojo con una pequeña cruz en el frontal, siendo obra contemporánea de las anteriores.
En el pavimento, a la altura del coro y ante los arcos de acceso a la capilla de la Venerable Orden Tercera de Servitas, se abren dos bóvedas de enterramiento cerradas por losas de mármol blanco de 1,53 x
El retablo principal de la Capilla del Pilar está realizado en madera tallada y dorada, mide 3,10 x
En el lado del Evangelio de la Capilla del Pilar se encuentra un retablo vitrina de madera dorada, en cuyo interior guarda una cruz de guía realizada en torno a 1730. El banco contiene un pequeño lienzo de 1700 que representa al apóstol San Andrés. En el frente opuesto se sitúa otro retablo de características semejantes, portando un lienzo de principios del siglo XVIII que representa al Santo Cristo de Ribolta con las Ánimas del Purgatorio. El banco está centrado por un lienzo de 1700, que representa los Santos Corporales de Daroca. Cierra la capilla una reja de madera torneada y tallada realizada hacia 1753. Mide 1,70 x
Ante la Capilla del Pilar se abre una bóveda para enterramiento de los Santos patronos de Cádiz. Está cerrada con losa de mármol blanco de 1,53 x
La Capilla Bautismal está situada en el primer tramo del lado del Evangelio. En 1787, cuando el templo se convirtió en parroquia, fue totalmente remodelada por Torcuato Benjumeda, si bien ha sufrido trasformaciones radicales durante el siglo XX. La pila bautismal, de mármol blanco sigue el tipo tradicional, con taza octogonal sobre pilar abalaustrado. Fue realizada en Génova según diseño de Torcuato Benjumeda. Actualmente se ubican en esta capilla las imágenes de la cofradía del Descendimiento. Cierra este ámbito una reja de madera torneada realizada en 1787, de 2,09 x
El pavimento del templo es de mármol genovés blanco y azul dispuesto en forma ajedrezada. En la cabecera del templo, a ambos lados del presbiterio se ubican las sacristías. Son dependencias de planta rectangular cubiertas por bóvedas de cañón y arcos fajones que descansan sobre pinjantes de formas recortadas. La Venerable Orden Tercera de Servitas se instaló en la Iglesia de San Lorenzo en 1727, dos años después de inaugurarse el templo, concediendo el obispo Armengual a esta Orden el uso de la capilla ubicada en el cuarto tramo del lado de la epístola de la nave. A mediados de siglo comenzó a plantearse la necesidad de contar con un espacio más amplio, y en 1763 empezaron las obras de la nueva capilla bajo diseño y dirección del maestro Diego Ramos, aunque una serie de dificultades económicas obligaron a paralizar los trabajos.
En 1765 se decidió otra disposición para la capilla que consistía en levantar una nave paralela a la del templo con acceso directo desde la calle y para dar un aspecto uniforme al conjunto de la Iglesia se pretendía configurar otra similar en el lado del Evangelio unificando las capillas que allí existían. El proyecto se encargó al arquitecto Torcuato Cayón, pero su elevado coste motivó que tras varios años de trabajo las obras fueran suspendidas y se derribase lo ya construido para realizar la actual capilla. Francisco Lorenzo Cañete es el autor del diseño definitivo, en el que concibió una capilla de planta cuadrada con cubierta de cúpula semiesférica. La capilla se inauguró el 25 de marzo de 1774.
De la abundante decoración de tallas doradas y pinturas que cubrían los paramentos se han conservado cuatro grandes lienzos en forma de medios puntos que se sitúan bajo la cúpula y que representan diversos episodios de la historia de la instalación de la Orden en Cádiz. Todos ellos son contemporáneos de la capilla, si bien el situado sobre el retablo mayor fue agrandado hacia 1940, cuando se pintó la representación del Padre Eterno situado en la zona central. Los extremos de este lienzo son originales y representan La Presentación de Jesús en el Templo y Jesús entre los doctores. El lienzo situado al lado del Evangelio representa escenas de la vida de San Felipe Benicio y en el de la Epístola la Virgen protegiendo bajo su manto a los siete santos fundadores de los Siervos de María. Por último, el lienzo situado frente al presbiterio recoge escenas de la fundación de la Orden en Cádiz.
En un lateral de la Capilla de Servitas se levantan dos pequeños retablos rococó de madera tallada y dorada. El primero está presidido por la talla en madera policromada de San Juan Bautista, obra genovesa de 1774. De igual origen y cronología son las tallas de madera policromada que ocupan los laterales; la Imposición de la casulla a San Ildefonso y San Ildefonso y un santo sin identificar. Ocupa el ático un lienzo de la Divina Pastora realizado por Antonio Pino. El segundo lo preside la talla genovesa en madera policromada de San Francisco Javier, ambos de la misma época que los anteriores. A cada lado se encuentra una pareja de relicarios de madera tallada y policromada de 1750. En las hornacinas laterales muestran las imágenes de Santa Rita y Santa Juliana Falconieri y en el ático, un lienzo realizado también en 1774 que representa a San Juan Nepomuceno.
En el pavimento de la Capilla de Servitas, de losas de mármol genovés blanco y azul, se abre una bóveda cerrada por una pequeña losa de 0,26 x
La portada lateral presenta un doble baquetón mixtilíneo en torno al vano, rematado por un pináculo. Su emplazamiento actual, a la altura del tercer tramo del lado del Evangelio, no es el originario, pues en 1739 fue situada en este lugar al serle adjudicado a la archicofradía del Pilar el cuarto tramo para la construcción de su capilla, lugar donde se abría la primitiva portada. La torre se eleva sobre la confluencia de las dos fachadas. Su planta es octogonal y consta de un cuerpo de campanas sustentado por columnas dóricas entre las que alternan vanos de medio punto, ciegos y abiertos. Un chapitel piramidal cubierto de azulejos policromos valencianos sirve de remate. En cada uno de los paños se disponen motivos alusivos al templo enmarcados por cenefas.
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